Incluso tras secarse el sudor de una sesión de
entrenamiento especialmente dura, guarda ideas reprimidas en su mente.
“¿Qué ocurre, Lim? No tienes buena cara”.
Alice, que ya se ha cambiado de ropa, pregunta
intrigada ladeando la cabeza al percibir la preocupación de Lim.
“Oh, no es nada… supongo”.
Lim contesta con evasivas y se envuelve el cabello con
una toalla.
“Pareces más tensa que de costumbre, por algún
motivo”.
Su mejor amiga, Sonmi, le da su propia opinión. A
diferencia de Lim, todo un marimacho, por decirlo con delicadeza, y de Alice,
con su espíritu infantil. Sonmi era una mujer serena y bella.
Sonmi, un poco más mayor que Lim, siempre tenía
tendencia a burlarse de su joven amiga, pero esta vez, Lim no mordió el anzuelo
de Sonmi y siguió vistiéndose.
“Eh, Sonmi, ¿qué quieres decir con que parece más
tensa?”.
“Bueno, no queda mucho para ese torneo. La última vez
participó en lugar de Kim pero ahora le han enviado su propia invitación,
¿verdad? Siente la presión del favorito.
“¿En serio? ¿Es eso cierto, Lim?”.
Alice interroga a Lim, pero sigue callada como una
tumba.
“Pues yo me alegraría de participar en ese torneo.
Bueno, ¡ya sabes! ¡Terry! Conocería a Terry, ¡¿verdad?!”.
Alice era gran fan de Terry. Durante el último KOF, no
había parado de pedirle a Lim un autógrafo de Terry, y la actitud despreocupada
de Alice era lo que más podía enfurecer a Lim:
“¡The King Of Fighters no es un maldito concurso de
citas!”.
“¡…!”.
Alice siente un leve temblor y se queda sin palabras.
“No se trata de excursión de turismo. ¡Voy a luchar! Y
si me enfrento a Terry, tendré que combatir hasta el final. ¡No habrá tiempo
para preocuparse de pedirle un autógrafo!”.
“P-perdona…”.
La broma de Alice se transforma en vergüenza, y baja
la cabeza como si fuera a llorar. Lim siente la punzada de arrepentimiento,
pensando que había se había excedido, pero no había podido evitar gritarle así.
“Has perdido el control, Lim”.
Sonmi hablaba con indiferencia mientras se pinta los
labios frente a ella.
“Pues claro que no sabemos cómo es KOF, porque nunca
hemos participado, pero ¿merece la pena tanta dedicación? ¿Y si te animas un
poco? No eres una novata en KOF”.
“No es la primera vez…”.
Lim se sienta en un banco y apoya la cabeza entre las
manos. La última vez fue como un sueño, lo único que tuvo que hacer fue
centrarse en luchar y nada más.
Pero ahora ya sabía lo que era KOF. Sabía quién
acudiría y a que se enfrentaría. Era imposible afrontarlo del mismo modo.
Lim se mira la palma de la mano y murmura con un
ligero temblor:
“Si lucho mal, arruinaré la reputación de Kim. Eso es
lo que me preocupa…”.
“Ay, ¿y estás preocupada por esa tontería?”.
“¿Tontería?”.
De nuevo, Lim se incorpora enfurecida mientras un
zapato rojo vuela hacia ella.
“¡…!”.
Antes de darse cuenta de que Sonmi la estaba atacando,
Lim se mueve instintivamente. Agachándose para esquivar la ofensiva, se levanta
y gira para dar una patada baja. Era una respuesta mecánica, sin desperdiciar
ni un movimiento.
“¿Y si mostraras más confianza en ti misma?”.
Sonmi deja escapar una risita tras perder el
equilibrio cuando Lim rechaza su patada. El pie de Lim se había detenido sobre
la cabeza de Sonmi.
“No hagas eso, Sonmi…”.
Lim baja lentamente el pie y suspira aliviada.
“Menos mal que he sabido detenerme a tiempo”.
“Entonces, esa es tu auténtica habilidad, ¿no es
así?”.
Sonmi asiente mientras se arregla el cabello.
“Mira, has conseguido evitar mi ataque sorpresa de
inmediato, has contraatacado, y aún te ha quedado tiempo para pensar en mí y
ahorrarme sufrimiento; todo en un abrir y cerrar de ojos, así que, ¿qué te
preocupa?”.
“Eso ha sido porque…”.
“Seguro que te enfrentarás a luchadores mejores que
yo, pero tu rendimiento hasta la fecha demuestra que estás preparada, así que
no dejes que te consuma así. Deberías tener más fe en ti misma, da lo mejor de
ti, y si pierdes, qué vamos a hacer. Y, además, por mucho que perdieras de
forma estrepitosa, no perjudicarías al maestro”.
Sonmi no pudo evitar reírse de la vanidad de Lim.
“¿Cuándo has decidido que eres tan
importante que tenías que asumir la responsabilidad? Si pierdes, solo tu
orgullo quedará maltrecho. Poca cosa”.
“…”.
“Bueno, ¿cuánto
tiempo piensas quedarte así?” ¡Te va a dar un resfriado!”.
“Ah”.
En ese momento,
Lim recuerda que aún estaba en ropa interior.
“Voy a invitarte
a algo en Dongdaemun, así que vístete”.
Con esas
palabras, Sonmi sale del vestidor con Alice delante de Lim.
“Gracias”.
Pero las palabras
de Sonmi no logran disipar sus dudas, aunque sí ha encaminado a la indecisa Lim
en la dirección correcta para prepararse.
Una vez vestida,
Lim se mira al espejo, se da unas palmadas en las mejillas para animarse y va a
reunirse con sus amigas.
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